Pocas veces se tiene la oportunidad de ver la evolución de un autor desde su inicio hasta la actualidad a través de una serie de relatos.
Rodolfo Martinez nos deleita con una serie de relatos en la que no solo nos explica historias fantásticas, también nos explica como fue el proceso de creación de cada relato.
A pesar de ser una compilación censurada por el mismo autor, donde ha hecho desaparecer aquellos relatos que no han sabido “envejecer” y que no han superado el filtro de Rodolfo. Como el mismo explica en su web.
Considero que no merecen la pena. Ya se trate de inéditos, ya hayan sido publicados. Ese tercer grupo es parte del interminable proceso de aprendizaje que es la vida de todo escritor. No me arrepiento de haberlos escrito; tampoco de haberlos publicado (bueno, tal vez alguno, sí), pero simplemente no alcanzan el nivel mínimo de calidad que, en estos momentos de mi vida, le exijo a un relato. Son parte forzosa del proceso eterno de aprendizaje que es la vida de un escritor. En cierto modo, son las víctimas colaterales inocentes, las bajas inevitables que se producen a lo largo de una larga travesía y que van quedando abandonadas a la estela del buque del que cayeron, despojos que la marea puede llevar a alguna playa, pero que lo más probable es que acaben engullidos por las aguas y se pudran lentamente por toda la eternidad en un mar de los sargazos narrativo.
Entre los que han sobrevivido a la purga, he encontrado a un escritor que ha tocado casi todos los temas del genero fantástico. A veces sorprendente, otras previsible, pero siempre fiel a un fino humor negro.
Una mujer encerrada que intenta volver a su hogar; un pasado que no es como todos recuerdan; un tren que recorre un mundo muerto; una partida de póquer con cartas de Tarot; un cuenta cuentos que quizá ha encontrado su destino, un cazador que descubre que a lo mejor es la presa; una paradoja temporal que tal vez no lo sea, un electricista que podría provocar el fin del mundo; un parque por el que nadie debería pasar…
Y continua con más relatos saltando de un genero a otro con una facilidad asombrosa, desde terror cósmico “a la española” pasando por la espada y brujería de Conan ya coronado. Y creando mundos virtuales donde los nuevos hombres digitales se dedican a reconstruir la Sagrada Familia de Barcelona.
Me ha encantado la forma que tiene de crear ciencia ficción ambientada en España con la naturalidad de quien imagina bases espaciales en los anillos de saturno. La cercanía de esos personajes contrasta con la historia que se explica. Una de ellas, de las que mas me ha gustado, es la de un jugador profesional que sin darse cuenta entra en una partida de cartas muy especial y lo que va a apostar es mas valioso que el dinero. Rodolfo Martínez tiene una capacidad que asombra para mezclar personajes ordinarios que jamás pensarías que les va a ocurrir nada especial. Cuando eso ocurre la mezcla resultante es un personaje que te atrapa, porque puedes verte fácilmente identificado con él.
Una prueba más de que las buenas historias, residen en el impacto de su trama y no en los adornos de los escenarios.
En definitiva, el escritor que me hubiese gustado ser a mí.
Señor Martínez me quito el sombrero ante Usted.
Carlos Acedo.
El Gato de Vader 