
La película se estrenó en los Estados Unidos el 15 de marzo de 1956, y con una trama un tanto curiosa, ya que es una recreación de La tempestad, obra teatral escrita por William Shakespeare de 1611, pero adaptada a la era espacial, donde los personajes de Próspero y Miranda de dicha obra son adoptados por Morbius y Altaira.
Una producción de la Metro-Goldwyn-Mayer en un momento en que ese estudio estaba considerado como el más prestigioso de entre los grandes de Hollywood. Fue la primera película de ciencia ficción con un presupuesto millonario, y por ello la película tuvo un buen número de efectos especiales, (tener en cuenta que en aquella época, en la que las maquetas, los disfraces y algunos rudimentarios trucos visuales eran las únicas herramientas para transportar al espectador a apasionantes viajes espaciales).
El animador Joshua Meador, proveniente de Walt Disney Pictures, fue el responsable de dar vida al monstruo de Id, así como la mayor parte de los efectos especiales, la desintegración del tigre que ataca a Altaira, o las chispas que surgen cuando Robby se cortocircuita, fueron obra del talento de Meador.

La trama.
En los inicios del siglo XXIII, el crucero de los Planetas Unidos C-57-D, parte de la Tierra con la misión de ir al planeta Altair IV, un mundo con unas condiciones similares a nuestro planeta, en busca de una expedición que había sido enviada veinte años antes. Al tocar tierra, el comandante Adams y su equipo son guiados hacia un paradisíaco escenario por Robby el robot, que les conduce hasta la morada del doctor Edward Morbius, un filólogo de profesión, cuyas similitudes con el capitán Nemo verniano son más que notables, allí descubren que el doctor Morbius es el único superviviente que queda, al mismo tiempo que el profesor les cuenta cómo es la supervivencia tras la desaparición del resto de la expedición Belerepheron, el comandante Adams y sus ayudantes conocen a Altaria, la hija de Morbius. Sin embargo, las cosas se complican cuando un peligroso monstruo, que parece poseer el don de la invisibilidad, empieza a causar bajas en la tripulación del C-57-D.
Se descubre una misteriosa civilización alienígena desaparecida, los Krell, y el genio de Morbius, ayudado por un artefacto que aumenta el coeficiente intelectual, intenta reconstruir la tecnología alienígena. Mientras Adams corteja a la atractiva Altaira, sus hombres montan un campamento que es atacado por la poderosa e invisible criatura resistente al armamento convencional.
SPOILER ::::::::: “El doctor descubre que las máquinas alienígenas amplifican y hacen reales los deseos subconscientes de la mente de Morbius. Su búsqueda de conocimiento ha liberado sus demonios, matando al resto de colonos de la misma forma que los Krell se autodestruyeron en su día.”

La película tuvo una enorme influencia en el cine de la ciencia ficción. Gene Roddenberry reconoció públicamente que Planeta prohibido fue su principal inspiración a la hora de crear la saga de Star Trek. También fue para Stanley Kubrick cuando dirigió 2001: una odisea en el espacio, considerado uno de los títulos cumbre de la ciencia ficción.
Es imposible ver Planeta Prohibido sin notar los precedentes de otras franquicias como Star Wars, Depredador, Perdidos en el espacio, o Blade Runner. De hecho, la trama de la película guarda ciertas similitudes con la del filme Prometheus. En muchos momentos parece que el largometraje está influido por la estética de la película Metrópolis (1927).
Robby, el robot, ha contribuido en buena medida al éxito del film. Tanto es así que su presencia se extendió a otras películas y series. Además de protagonizar un año después la producción de ciencia-ficción The Invisible Boy, Robby apareció en las series En los límites de la realidad (The Twilight Zone), Perdidos en el espacio (Lost in Space), Vacaciones en el mar e incluso en Colombo, y posteriormente en películas como Amazonas en la Luna, y Las chicas de la Tierra son fáciles.

Pese a ser un largometraje de ciencia ficción, las escenas de diálogos destacan sobre las de acción, algo que no es muy habitual en el género, pero es justo lo que le da ese aspecto novedoso al filme.
Lo primero que cabe destacar, al leer el reparto de actores, es la participación de un joven Leisle Nielsen, mucho antes de dedicarse al mundo de la comedia, en la que fue una de sus primeras incursiones cinematográficas.
Poco después de su estreno, apareció la versión novelizada de Forbidden Planet escrita por Philip MacDonald utilizando el seudónimo W. J. Stuart. Aunque inspirada en el guion del film, la novela se ganó con el tiempo su propio espacio entre las obras de culto del género por su particular forma de abordar el tema (a partir de los relatos personales de sus protagonistas) y una serie de detalles y alusiones mitológicas que no aparecen en el filme.

La película se toma su tiempo en exponer, o descubrir, el auténtico meollo de la cuestión, de presentar totalmente sus cartas, algo que se convertiría en un modelo a seguir en futuras películas del género. En dicho tramo, en el que la presencia de Altaria será perturbadora para una tripulación de hombres que no han visto a una mujer durante un año –detalle que alcanza matices aún más perversos con el personaje del Doctor Morbius−, Wilcox define una inquietante atmósfera con un inusitado uso de los travellings, marcando un ritmo pausado, y un tiempo interno casi enfermizo gracias a unos encuadres muy concisos.

La muy conseguida atmósfera además se ve enriquecida del uso de una banda sonora que, por primera vez, utilizaba sonidos electrónicos en su totalidad. Los mismos, compuestos por Bebe y Louis Barron, causan una incomodidad muy interesante, parece ocultar en forma de “banda sonora” un peligro invisible, una amenaza latente pero que no se hará visible hasta el final.
Para evitar conflictos con la Federación Americana de Músicos a causa del hecho que no tenía arreglo orquestal, sus vanguardistas composiciones fueron denominadas por ello “tonalidades electrónicas” en lugar de “música”.
Por supuesto los decorados de Cedric Gibbons –director artístico en más de mil películas, y once Oscars en su haber también ayudan lo suyo, a pesar de cierto toque kitsch. Estremece sobre todo el interior de la gran maquinaria construida por la antigua civilización Krell, desparecida ya del planeta, que junto a los poderosos contrapicados del director dan una muestra de la inmensidad del lugar enterrado bajo tierra.

Planeta Prohibido logró convertirse en un clásico de la ciencia ficción por méritos propios y, en 1957, estuvo nominada a un Premio Oscar por los mejores efectos especiales, que resultan algo flojos en la época actual, pero eran toda una revelación en aquella época. Ya en el siglo actual, también estuvo a punto de llevarse un Rondo por el mejor DVD clásico, en 2003, y un Saturn por el mejor estreno en DVD de una película clásica. Finalmente, en 2013, se alzó con el galardón del National Film Registry.
Como curiosidad, en España se estrenó 11 años después de filmada, el 13 de marzo de 1967. La razón por la que se hizo fue, porque Anne Francis es la primera actriz que aparece en minifalda en la historia del cine. Por ello se prohibió la película no solo en España, sino también en varios países y también porque Anne aparecía descalza en todas las escenas.

Otra curiosidad que cabe destacar es que su título original era FATAL PLANET y la trama se ambientaba en el año 1976 donde una expedición de la tierra es enviada al planeta mercurio para recuperar al doctor ADAMS y su hija que llevan 20 años varados allí.
La película se rodó íntegramente en los estudios de Metro-Goldwyn_Mayer, donde se había rodado la conocida película El mago de Oz, de hecho se reutilizaron algunos decorados para esta película.
Gran parte de los accesorios y decorados de esta película se reutilizaron luego en la serie The Twilight Zone.

Con el paso del tiempo, Planeta prohibido ha adquirido el status de película de culto. Fue un film pionero en diferentes aspectos del cine de ciencia ficción, presentando por primera vez a humanos que viajan en una nave espacial más rápida que la luz, la primera película cuya historia se desarrolla por completo en el espacio interestelar, además de dotar de personalidad propia al personaje de “Robby” el robot que aparece en el film.
Por tanto, si te consideras fan de las películas de ciencia ficción y no has visto Planeta Prohibido, deberías echarle un vistazo. Puede que los efectos especiales no estén a la altura de los actuales y que la trama no tenga excesivas escenas de acción pero, sin lugar a dudas, sentó las bases de los largometrajes que tanto disfrutamos en la actualidad.

Jordi B. SECTOR 889